¡Salud! Brindis con los vikingos
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¡Ahoy, amantes de la cerveza y las aventuras! Si alguna vez sueñan con viajar en el tiempo y encontrarse cara a cara con los legendarios vikingos, les recomiendo que aprendan a brindar como ellos. Estos guerreros del norte, famosos por sus barcos, sus hachas y sus barbas (¡y por saquear pueblos costeros!), eran también unos apasionados de la cerveza. Y cuando se trataba de celebrar, lo hacían a lo grande, con jarras rebosantes de espuma y un grito que resonaba hasta en los fiordos más lejanos: ¡»Skål»!
Imaginen la escena: un gran salón vikingo, iluminado por antorchas, con mesas repletas de comida y guerreros con cascos y armaduras. La cerveza fluye a raudales, servida en cuernos de animales y vasos de madera. De pronto, un vikingo se levanta, alza su cuerno y grita «¡Skål!», un brindis que significa «salud» y que se acompaña de un buen trago de cerveza. Todos los presentes responden al unísono, chocando sus recipientes y bebiendo con entusiasmo. ¡Y cuidado con rechazar un brindis vikingo! Podría considerarse una ofensa.
Pero, ¿por qué los vikingos amaban tanto la cerveza? Pues, además de ser una bebida deliciosa y refrescante, formaba parte de su cultura y sus creencias. Se decía que en el Valhalla, el paraíso vikingo donde iban los guerreros caídos en batalla, los esperaba un festín eterno con ríos de cerveza, servida por valkirias (¡nada mal!). Y no cualquier cerveza, sino la que producía Heidrun, una cabra mágica con ubres que manaban cerveza sin parar. ¡Con razón los vikingos brindaban con tanta pasión!
Así que ya saben, la próxima vez que se reúnan con amigos a disfrutar de unas cervezas, recuerden a los vikingos y su espíritu festivo. Levanten sus vasos, griten «¡Skål!» y brinden por la amistad, la valentía y, por supuesto, ¡por la cerveza!